
Amor es la sensación que hace que te tiemblen las piernas, te suden las manos, te lloren los ojos y quieras correr inmediatamente al baño.
Amas a alguien cuando puedes concentrar tu mirada en algo hasta lograr ver perfectamente a esa persona.
Te das cuenta de que amas a alguien cuando te encuentras a ti mismo haciendo todo por llamar su atención y te imaginas que está preguntándose que estarás haciendo en este preciso momento.
Amar es querer pasarte el día durmiendo para poder estar entre sus brazos. Es no sentir miedo de nada ni de nadie, es saber que esa persona te corresponde y nada logrará que eso acabe.
Amor es el temblor que te recorre el cuerpo empezando en el ombligo y recorriendo tus nervios hasta lograr que se te duerman los dedos.
Amas a alguien cuando puedes pasar horas enteras junto a él sin percatarte de que transcurren los minutos.
Cuando amas a alguien te das cuenta que sonríes solo con verle, al imaginar su cara o al oír su nombre. Te das cuenta que te brillan los ojos y que sin pretenderlo se atraviesa siempre en tu pensamiento.
Pero estás perdido cuando te das cuenta que no importa cuán tonto parezcas y tampoco te afecta que nadie entienda lo que te sucede pero sabes que no puedes dejar de observarle y estás decidida a decirle que lo amas.
Amas a alguien cuando puedes concentrar tu mirada en algo hasta lograr ver perfectamente a esa persona.
Te das cuenta de que amas a alguien cuando te encuentras a ti mismo haciendo todo por llamar su atención y te imaginas que está preguntándose que estarás haciendo en este preciso momento.
Amar es querer pasarte el día durmiendo para poder estar entre sus brazos. Es no sentir miedo de nada ni de nadie, es saber que esa persona te corresponde y nada logrará que eso acabe.
Amor es el temblor que te recorre el cuerpo empezando en el ombligo y recorriendo tus nervios hasta lograr que se te duerman los dedos.
Amas a alguien cuando puedes pasar horas enteras junto a él sin percatarte de que transcurren los minutos.
Cuando amas a alguien te das cuenta que sonríes solo con verle, al imaginar su cara o al oír su nombre. Te das cuenta que te brillan los ojos y que sin pretenderlo se atraviesa siempre en tu pensamiento.
Pero estás perdido cuando te das cuenta que no importa cuán tonto parezcas y tampoco te afecta que nadie entienda lo que te sucede pero sabes que no puedes dejar de observarle y estás decidida a decirle que lo amas.
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