Cuando a los niños pequeños se les compra una de esas curiosas cajas de arena con hormigas a través de las cuales se puede ver como éstas van creando sus túneles en la arena hasta llegar a la superficie; no se puede evitar él sádico sentimiento de inclinar un poco la caja para ver que es lo que hacen las atarantadas hormigas al sentir un terrible llamado a ejercer una posición vertical, y empiezan rápidamente a tratar de aferrarse a cualquier grano de arena que les permita mantenerse en su cómoda posición horizontal.
Pero lo verdaderamente terrible empieza cuando ese sentimiento de vértigo nos invade en la vida diaria, cuando sin darte cuenta de qué es lo que esta sucediendo o de cómo llegaste ahi; tienes los enormes deseos de besar a la persona con quien estas hablando pero al mismo tiempo esos pensamientos que te amarran de duda, el terrible sentimiento del recuerdo, la negación, el miedo y todos esos sentimientos que en cuanto pase el momento cambiaran a autocriticas y autoregaños provenientes de la queja y el arrepentimiento al haber sido tan cobarde.
Sí, nadie puede negar que hay momentos en la vida en que inevitablemente existe una sensación que te jala en una dirección que se presiente como el vacío, que te provoca aferrarte a cualquier saliente que encuentres y permanecer en ese lugar seguro, pero a veces sería mejor soltarte y simplemente disfrutar el viaje, disfrutar la caída con la sensación en el estómago y olvidarte del miedo a llegar al suelo.
Simplemente atreverse, pero se necesita ser muy libre para eso!!!!
2 notas al pie:
Hey! yo he tenido esa sensación también...
Desde pequeño me ha invadido la idea de poder jugar con el tiempo. Hacer algo muy loco o atrevido y luego ponerle RESET y volver a donde estabas...
Ya estando más grandecillo pues he visto que sí se puede hacer esto, aunque a una menor escala. Cada vez que conocemos a alguien nuevo es una oportunidad de ser alguien más excitante, más seguro, más cool, más no-como-siempre-has-sido.
Para terminar, yo tenía una amiga que se iba todos los años de vacaciones a la playa pero siempre se iba sola. Cada año se proponía tomar una personalidad diferente a ver qué pasaba. Me parece un buen método para probar otras mieles, aunque efectivamente, para hacerlo en nuestras vidas cotidianas se necesita demasiada libertad.
eso de saltar es bueno, porque nos damos cuenta de que no pasa nada, más allá de ir aprendiendo por la vida, y de que sin esos saltos, sería demasiado aburrrida. Yo voto por el rock!!! =)
felicidades por tu nuevo blog, luli! nos vemos en la nochecilla en la party!!!
Publicar un comentario